¿Hay algo que defina mejor el verano que los buenos festivales de música? Cada año las opciones en nuestro país son inabarcables, pero, como todo lo que era normal, estos se han visto afectados por la pandemia.
En esta atípica situación, los organizadores se han encontrado frente a un camino bifurcado: ¿cancelación o celebración? Un gran número de festivales ha anunciado el cierre hasta nuevo aviso. Otros tantos ya han publicado fechas para el año próximo, como es el caso del famoso Arenal Sound, que traslada su cartel al verano del 2021.
El evento, que suma 10 años de música sobre sus escenarios, no ha podido hacer frente a la crisis generada por el COVID-19. Como solución para todos aquellos que ya habían planeado sus días en Burriana (Castellón), la organización ha validado automáticamente los abonos para la próxima edición.
Por otra parte, se encuentran los que aún siguen en pie. En estos casos, las incertidumbres surgen al analizar la rentabilidad. Ante la falta de previsiones, los grandes eventos musicales trabajan para buscar la forma ideal de llevar a cabo su actividad de una forma segura y rentable.
Cádiz, por ejemplo, uno de los principales destinos para los fans de los festivales, mantiene en su calendario algunos de ellos, como el Concert Music Festival, en Chiclana, o el Puro Latino Fest, en El Puerto de Santa María.
Otros, como el Metrópoli City, en Gijón, se han adaptado a la nueva normalidad buscando alternativas. En este caso, el festival se celebrará en diferentes ubicaciones de la ciudad durante un extenso calendario, desde julio hasta la primera mitad de septiembre.
En Aranda del Duero (Burgos), el Sonorama tendrá que esperar al 2021, aunque entre el 14 y el 15 de agosto se celebrará una edición especial con aforo limitado y dirigido a quienes han trabajado duramente por todos durante la pandemia. Todo un homenaje a sanitarios, fuerzas de seguridad o voluntarios, que contará con la participación de grupos como Izal, Miss Caffeina o León Benavente.
Aunque algunos eventos han visto la luz de la celebración, el impacto generado por el COVID-19 en el negocio de la música en directo de España no tiene vuelta atrás. Sin duda, este es uno de los principales sectores afectados por el coronavirus.
Hace un mes, Joaquín Martínez, presidente de la Federación de la Música de España, advirtió en El País que se estiman unas pérdidas de más de 662 millones de euros entre marzo y septiembre en este ámbito. Estas cifras se elevan al hablar de la economía española. En la misma entrevista, anunció que se prevén unas pérdidas de hasta 7.660 millones de euros este año.
La nuevas tecnologías han ayudado a crear una nueva normalidad manteniendo la distancia y la seguridad. Esta realidad también ha llegado a la música. Durante la cuarentena, proyectos nativos de esta situación, como Cuarentena Fest, han llevado los conciertos en vivo a los hogares españoles gracias al streaming.
Más de 40 artistas, desde Caliza hasta Kids from Mars, se dieron cita entre el 16 y el 27 de marzo voluntariamente para hacer crecer esta iniciativa y amenizar la cuarentena para todo el que quisiera disfrutar de un rato de música.
Además, ante esta situación, Movistar+ ha decidido lanzar Movistar Fest, un canal de música dedicado a todos los festivales, la música y los artistas que este verano han visto truncados sus planes sobre los escenarios de toda España.
Desde el 26 de junio hasta el 16 de agosto, quienes dispongan de este canal podrán escuchar en directo las voces de artistas de la talla de Shakira, Pablo López, Manuel Carrasco, Lori Meyers o David Bisbal. Entre la programación del canal, también se encuentran películas, documentales, programas musicales y conciertos de leyendas como Queen, U2 o Aretha Franklin.
El sector se reinventa. Y prueba de ello son las diferentes alternativas que se plantean en el panorama. Las incertidumbres siguen ahí. Cómo, cuándo o dónde volverá a sonar la música es una pregunta difícil de responder aún, pero lo que sí es seguro es que seguirá sonando. Porque la música nunca para.