Podemos definir Inteligencia Artificial como la capacidad de los ordenadores de imitar a los seres humanos, su pensamiento y su manera de actuar. La Inteligencia Artificial nace con el desarrollo de los ordenadores y la tecnología. El próximo objetivo que plantea es la resolución de problemas por sus propios medios y racionalidad, no en base a lo que haría un humano.
Desde los asistentes personales como Siri a los vehículos autónomos, la Inteligencia Artificial tiene multitud de usos y ya está presente en nuestro día a día. ¿Cuál es el límite que tiene? ¿Debe resolver cuestiones éticas? ¿Hace al hombre más débil o más fuerte?
Mediante la computarización se pueden externalizar muchos procesos. La Inteligencia Artificial se sirve de datos en busca de la mejor decisión posible. Estos datos pasan a los procesadores encargados de depurarlos y sacar conclusiones lógicas y fiables para ejecutar una acción.
El ser humano toma decisiones en base a su aprendizaje por prueba y error, llamado como conocimiento científico. El futuro de la Inteligencia Artificial es el mismo: mediante la recuperación de experiencias pasadas, aprender y actuar como lo harían los humanos. El principal problema que presenta a fecha de hoy es que necesita del humano para programarse. El hombre incluye sus propias bases de datos, lo que le lleva a actuar como lo haríamos nosotros en vez de mediante una decisión personal.
La Unión Europea también regula los “robots inteligentes” atendiendo a varios supuestos:
¿Y qué tiene que ver esto con la Inteligencia Artificial? Hemos dicho que la Inteligencia Artificial tiene su experiencia en el pasado humano. Por tanto, pese a que el interés sea que las máquinas lleguen a pensar como los hombres, siempre estarán por detrás de ellos.
Se entiende como big data la masificación de datos a analizar mediante algoritmos informáticos que llevan a la mejor decisión según los datos con los que se cuenta. Mediante estos datos y su análisis se toma una decisión como elegir recomendarte un restaurante chino en vez de tailandés por tus gustos, frenar tu coche para evitar una multa por exceso de velocidad o que tu teléfono móvil reconozca tu cara.
Sus usos ya están disponibles en el día a día, sobre todo en nuestros dispositivos tecnológicos. Aquí te mostramos algunos de ellos:
Los usos de la Inteligencia Artificial son ilimitados. Es una tecnología que se viene desarrollando desde hace tiempo y sus utilidades cada vez son mayores. ¿Se te ocurre alguna otra?