El pasado 24 de agosto, la marca surcoreana Samsung fue condena a pagar 1.000 millones de euros por la violación de seis patentes de diseño y tecnología de Apple.
Mientras Samsung está a la espera de que el juez dictamine si se prohíben o no ocho de sus dispositivos (entre los que se encuentran los de su exitosa gama Galaxy), los expertos apuntan a que la marca deberá replantearse el diseño de sus dispositivos.
Por el momento, la marca surcoreana ha guardado silencio sobre la estrategia que seguirá, aunque se especula que está en conversaciones con operadores estadounidenses para formar alianzas que alejen su diseño de los de los productos de Apple. Lo que sí parece seguro es que Samsung tiene pocas posibilidades de ganar en los juzgados estadounidenses, aunque la multa de 1.000 millones de dólares parece que vaya a afectar poco a la marca, que obtuvo el año pasado un beneficio operativo de 14.000 millones.