Vuelve AgoraVerse tras el parón por vacaciones y lo hace por todo lo alto: hablando de tecnología. Para ello invitamos a Ernesto del Valle, consultor en comunicación digital e innovación y especialista en experiencia de usuario. Con él hablamos sobre la ética que debe cumplir la tecnología y las barreras de entrada que sufren las nuevas, ¿o no?
Citarse con Ernesto del Valle no es solo bueno para el que escucha, sino también para toda la humanidad. Lo podemos describir como un tecnólogo, pero, Ernesto, es mucho más que eso.
La entrevista para nuestro magazine en el metaverso comienza de una manera dura, como lo solemos hacer: “¿Hasta qué punto es buena la tecnología?”. Aquí ya tenemos los primeros titulares de Ernesto. Para él, hay una parte en la sociedad, incluso en la política, que considera que la tecnología no es buena. Si bien es cierto que nos ha aportado grandes mejoras a lo largo de la historia, el problema, afirma, que ha tenido es el mal uso humano de la misma.
La segunda parte de la entrevista se centra en la regulación que tienen las tecnologías y nuevos mercados cuando apenas tenemos la información necesaria y pertinente. Esta regulación, nos dice Ernesto, que nace de la prisa que nos damos en crear normas. Primero, debemos consultar con filósofos sobre estos temas y, segundo, con los profesionales, ¿qué os parece esta afirmación?
¿Qué opina Ernesto sobre la integración de la tecnología en nuestra vida? El problema al que se enfrenta la tecnología es que debemos normalizarla, no podemos comparar en una pelea el dron contra la bicicleta. Esto surge de la absoluta necesidad de integrar estas tecnologías en nuestra vida planteándonos su conveniencia o no pertinencia.
Ernesto del Valle sobre los sesgos cognitivos: por tanto, estas teorías e ideas tienen que ver con los sesgos cognitivos de nuestras actitudes, y más en un mundo tecnológico que tiene sus primeros detractores cuando algo da sus primeros pasos.
Esta reflexión de Ernesto tiene que ver con el año 2005 y el nacimiento del primer smartphone. Ante esto surge la necesidad de pensar en una ética de la tecnología, por ejemplo con la toma de decisiones de los vehículos autónomos, una de las últimas revoluciones, pero, como en todo, Ernesto ve una clara conexión que culmina con palabras mayores: “La tecnología debe crecer y seguir su ritmo”
El devenir de la conversación, breve, pero clara, va llegando a su fin y surge una de las preguntas baúl de esta entrevista: “¿Por qué creamos tecnologías paralelas?, ¿no estamos a gusto en la nuestra?” La respuesta debemos meditarla, tanto Ernesto como nosotros, y darla en un futuro, ¿qué os parecería una segunda parte?